miércoles, 12 de diciembre de 2007

El Duelo

Gabriel, miraba extasiado a su victima en blanco, su precipicio, y sus lágrimas en aquella, contemplaban absortos su dolor. Es delgado y pálido, los anteojos le dan cierto aire intelectual, creyó observar aquella angustia al observar el espejo y su aspecto. Pensaba en todo y nada a la vez, tal vez las manos le temblaban. Con cierto dolor empuño un lápiz, y trazando con furia incontenible agrieto su rostro culpable. La lucha fue terrible, quiso retroceder y correr como un loco por aquellas calles; la oscuridad y un grito, lo detuvo.
Había mucha rabia en su actitud, la noche anterior en la universidad lo convenció de todo. Las palabras del profe, el rostro arrugado, la mano en alto, esa severidad, con la compañía del aula, riéndose de su incomprensible inteligencia.
-¡OH Gabriel, no lo llames cobardía!- se dijo, pero amenazo y grito.
-¡Si grito qué!- se dijo, su dolor ante las burlas eran suficiente para hacerlo.
-No es cobardía, ¡no lo es!- se repitió.
En la escena del crimen, su mente divagaba, como sus ropas en su extrema delgadez, el viento arreciaba, hacia frió aunque su rostro estaba mojado de sudor, un golpe le arrebato los anteojos.
- ¡Maldito! - grito y arremetió con furia inusual, el mismo se asusto de su rabia. La luz tenue del faro, ilumino todo, estaban luchando por sus vidas, se acabaron sus pensamientos, sus ideas, todo era lagrimas y confusión…
-¡Esta muerto, muerto!- grito en su locura, sonrió, se puso los anteojos y sacudió su traje.Gabriel toma con ansias su tarea y se encamina a clases.

No hay comentarios: